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Nuestras Manufacturas

El "Vallée de Joux", cuna de la alta relojería

En la historia de la relojería no existe región más importante que el Valle de Joux. Este valle entre las montañas del Jura, en la linde con la frontera francesa, lleva siglos especializado en la micromecánica. A causa de los rigores del invierno, cuyas nieves copiosas les aislaban de las grandes ciudades, los granjeros empezaron a fabricar componentes para relojes. Tanto los hombres como las mujeres se abocaban a las típicas mesas de trabajo de los relojeros bañadas por la luz natural. Con el paso del tiempo, los relojeros afinaron su talento y ampliaron sus competencias: pasaron de la fabricación de componentes a la producción de complicaciones. A mediados del siglo XVIII, los relojeros del Valle de Joux habían alcanzado tal reputación que las casas relojeras, en particular las de Ginebra, les encargaban la creación y la fabricación de los relojes con complicaciones más prestigiosos.

En aquella época, los relojeros del valle proporcionaban las denominadas "ébauches", movimientos con complicaciones en bruto que luego las casas relojeras decoraban antes de añadir cajas, esferas y agujas y comercializar los relojes bajo su nombre. De esta forma, aunque las casas relojeras reivindicasen la paternidad de los modelos que aún hoy en día presentan como parte de su patrimonio, en realidad los movimientos procedían del Valle de Joux. Algunos de los movimientos más célebres surgieron de la empresa de Louis-Elysée Piguet, una de las ramas de las que se originó Blancpain. Hoy en día, en el Valle de Joux son numerosas las familias que, como tantas generaciones de antecesores, perpetúan el oficio de relojero rindiendo homenaje a las tradiciones locales. Blancpain –una de cuyas ramas históricas se remonta al año 1859– encontró en el valle su lugar predilecto: se estableció en el pueblo de Le Brassus, donde abrió un taller en 1891.

La granja de Le Brassus

A partir de estas raíces, Blancpain se dividió en dos ramas. Su fecha de fundación más antigua coincide con el momento en que Jehan-Jacques Blancpain se registró oficialmente como relojero en Villeret. A partir de entonces, los relojeros de Blancpain ocuparon varios talleres en el pueblo durante un periodo de un siglo y medio. La segunda rama se remonta a 1859 en Le Brassus. Fue allí donde Louis-Elysée Piguet instaló su taller especializado en movimientos con complicaciones. Entre sus creaciones figura el denominado "Maravilloso", uno de los relojes más complejos de la época. La reputación del taller de Piguet llegó a tal extremo que las grandes casas relojeras de Ginebra equipaban con sus movimientos los relojes que luego vendían con su nombre.

En 1891 Louis-Elysée Piguet compró un antiguo molino, denominado "Le Moulin". Estaba situado en una colina que se eleva sobre el centro de la localidad de Le Brassus, en el Valle de Joux, una zona a la que los habitantes locales se refieren como "El Roquedal". En la era moderna, Blancpain rebautizó este taller como "La Granja". Es allí donde la Maison perpetúa la admirable tradición de las complicaciones más exigentes y difíciles. Dentro de sus muros, los maestros relojeros se esmeran para desarrollar las grandes complicaciones de la colección Villeret, como por ejemplo los repetidores de minutos, los cronógrafos ratrapante, los carruseles, los tourbillons y los calendarios extremadamente complejos, como los de la Ecuación Marchante del Tiempo y el Calendario Chino Tradicional. Como es lógico fue en La Granja, en 1991, donde vio la luz el modelo 1735, el reloj de pulsera automático más complejo producido hasta la fecha.

Hoy en día, La Granja alberga los talleres de Oficios Artísticos de Blancpain, así como los talleres de decoración de componentes de los movimientos más prestigiosos. Nuestros artistas emplean un amplio abanico de formas de expresión aplicables a la relojería, en particular el grabado de motivos en las esferas o los componentes del movimiento, así como la pintura de miniaturas con esmalte. Además de las técnicas tradicionales, los artesanos adoptan procedimientos inéditos en la alta relojería, como por ejemplo las técnicas japonesas del shakudō y el binchōtan, o bien el damasquinado. Todos los relojes realizados en los talleres de Oficios Artísticos resultan únicos y la mayoría de las veces se crean a medida.

Los talleres de Le Sentier

Para crear una pieza de alta relojería es necesaria la confluencia de numerosas especialidades. Nuestra Manufactura, situada en el pueblo de Le Sentier, en el Valle de Joux, reúne las principales especialidades relojeras. La creación empieza por la concepción y el diseño del movimiento, una tarea que incumbe a los ingenieros de construcción relojera. El equipo de ingenieros de Blancpain es uno de los más importantes de la industria. De su imaginación surgió el concepto del "Desfile de los movimientos", compuesto por más de 43 calibres o movimientos originales producidos en poco más de 10 años que incluyen tanto grandes complicaciones relojeras como varias creaciones sin equivalente hasta la fecha, como el Calendario Chino Tradicional, el Carrusel Volante Un Minuto, el Tourbillon Volante Horas Saltantes Minutos Retrógrados o el X-Fathoms. Asimismo, debemos a estos ingenieros la introducción de materiales avanzados, como las espirales de silicio, los balancines de titanio, el Liquidmetal™ y las ruedas especiales de alta precisión.

La homologación es una actividad esencial que complementa el trabajo de nuestros ingenieros: en un laboratorio especifico, los especialistas ponen a prueba la forma de los componentes de los relojes para garantizar su funcionamiento. Una vez establecido el diseño, se recurre a otro grupo de especialistas de Le Sentier, este centrado en la alta precisión de los componentes. Se encargan de las numerosas herramientas necesarias para llevar a cabo los procesos oportunos, incluidos su diseño y fabricación. Asimismo, elaboran herramientas especiales destinadas a los relojeros que ensamblan los movimientos. El nutrido equipo de relojeros de Le Sentier realiza actividades diversas, como el acabado de componentes, el ensamblaje de movimientos y el encajado final seguido de un control de calidad. También contamos con un número considerable de relojeros en el servicio posventa.

En total, en los talleres de Blancpain en Le Sentier trabajan más de 700 personas.

El departamento de montaje de Blancpain en Delémont

La creación de un reloj de alta relojería requiere alcanzar la excelencia tanto en el movimiento como en la caja: la precisión de las dimensiones, grano del satinado y la delicadeza del pulido son esenciales para la elaboración de un reloj del más alto nivel.

Situado en Delémont, en el corazón de la región suiza del Jura, el departamento de montaje de Blancpain nació en junio de 2022 fruto de la fusión de la Manufactura con Simon et Membrez SA, fabricante de componentes relojeros y socio histórico perteneciente al Grupo Swatch desde 2012. Concentrando el saber hacer indispensable de la marca, este departamento se especializa en el desarrollo y producción de las cajas, pulseras, cierres y hebillas. Desde el desarrollo hasta el diseño final: este centro de producción trabaja con algunos de los metales más nobles, como el oro, el platino, y el paladio, pero también con el titanio y el acero. El estampado, el mecanizado, el pulido y la galvanoplastia son algunas de las competencias de sus más de 270 trabajadores. Valiéndose de su experiencia en la gama de lujo, este departamento también presta sus servicios a otras casas relojeras.