Blancpain, entre tradición relojera y "arte de vivir" en Hong Kong
Blancpain organizó una exposición en Hong Kong dedicada a su larga tradición en la creación de relojes con complicaciones. La Manufactura asoció este acontecimiento a dos talleres gastronómicos: una degustación de vinos y una propuesta de menú ofrecido por el chef estrellado Philippe Orrico. Gracias a esta experiencia única, los invitados pudieron conocer de primera mano la estrecha relación entre las técnicas de trabajo de los maestros relojeros y las de los artesanos de la alta cocina.
A lo largo de dos días, Blancpain presentó a unos 160 invitados una selección de sus modelos con complicaciones y novedades, en toda una demostración de la tradición de innovación y la pericia técnica atesoradas en sus dos siglos de historia. Organizada en colaboración con el comerciante de vinos FINE+RARE Wines, la exposición se celebró en una ubicación elegante y acogedora, donde los relojes se presentaron de forma original, en armarios bodega.
Tras los discursos inaugurales, los invitados tuvieron el privilegio de profundizar en el papel preponderante que Blancpain ha desempeñado en la renovación de la relojería mecánica. La marca ha rehabilitado varias complicaciones tradicionales, de las fases lunares al carrusel, pasando por el cronógrafo flyback y la repetición de minutos. Junto al Calendario Chino Tradicional, los participantes descubrieron otros mecanismos emblemáticos. La presencia de un maestro relojero permitió ilustrar los procesos complejos de fabricación que se realizan a mano en los talleres para Grandes Complicaciones de la Manufactura, situados en el Valle de Joux.
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En el transcurso de la velada, los invitados tuvieron asimismo la oportunidad de descubrir el universo del "arte de vivir" tan apreciado por la marca. Desde hace más de treinta años, Blancpain mantiene estrechos vínculos con el mundo de la gastronomía, convencida de la existencia de valores comunes entre estas dos artes: la búsqueda de la excelencia, la meticulosidad del trabajo hecho a mano, la pasión y la atención infinita al detalle. A fin de experimentar estas similitudes, se desarrolló un taller enológico dirigido por expertos, seguido de una degustación gastronómica de temporada ofrecida por el chef estrellado Philippe Orrico. En torno a la temática de las trufas, el chef demostró que una obra de arte culinaria, compuesta por un conjunto de delicados ingredientes, es el resultado de un saber hacer sofisticado unido a una sutil combinación de inventiva y respeto de la tradición, exactamente como las creaciones relojeras de Blancpain.
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